APROBACIÓN Y REPROBACIÓN
ACUERDO 696
En el marco del papel de la evaluación en el mejoramiento de la calidad educativa, se discuten las consecuencias que pueden tener las evaluaciones del rendimiento de los alumnos que los maestros aplican al final del ciclo escolar. El trabajo se centra en una revisión del estado del conocimiento sobre el tema y de las prácticas internacionales al respecto. Se encuentra que la investigación no apoya la idea, ampliamente arraigada, de que reprobar a quienes no obtienen resultados satisfactorios produzca un rendimiento superior la segunda vez que se cursa un grado.La investigación y la experiencia soportan la práctica alternativa de promoción automática, acompañada de evaluaciones de enfoque diagnóstico y formativo, que apoyen esfuerzos de atención individual de los alumnos, en función de su avance y sus necesidades individuales. Se propone que una política de promoción casi automática de los alumnos, con las debidas precauciones y junto con otras medidas, podría contribuir a mejorar tanto la cobertura como los niveles de rendimiento en el sistema educativo mexicano.
¿Aprobar o reprobar? Que la escuela se organice en clases que agrupan a los alumnos de una misma edad: los de seis años en primer grado, los de siete en segundo o algo por el estilo. En México, la concepción de un sistema de educación básica pública, universal, gratuita, obligatoria y laica se implantó en la Constitución de 1857; el concepto de currículo graduado, por su parte, se adoptó hasta fines del siglo XIX y principios del XX . En la escuela antigua, el maestro valoraba el avance de sus alumnos en forma paralela al proceso mismo de enseñanza, sin necesidad de métodos especializados de evaluación. Al no haber grados, tampoco había decisiones de aprobación o reprobación, que hicieron su aparición con el modelo graduado. En este último, al final de cada año escolar se presenta en las escuelas una situación que nos es familiar: los alumnos de cierto grado muestran niveles diferentes de aprendizaje, unos han alcanzado claramente los objetivos, pero otros no. Ante esta situación hay dos caminos posibles: uno consiste en que todos los alumnos de un grado sean transferidos al siguiente, aunque no todos hayan alcanzado los objetivos; la otra opción implica que sólo pasen al grado siguiente los que hayan logrado los objetivos, mientras que los que no lo consiguieron se vean obligados a cursar de nuevo. En ambos casos el nivel de aprendizaje alcanzado por los alumnos puede evaluarse, y de hecho se evalúa, mediante diversos procedimientos, pero las decisiones que se toman con base en los resultados de las evaluaciones son muy distintas: en unos sistemas prevalece el criterio de promoción casi automática, mientras que en otros se considera adecuado que se repruebe a una proporción considerable de los alumnos.
referencias:
www.dof.gob.mx/nota_detalle_popup.php?codigo=5314831
www.excelsior.com.mx/nacional/2013/09/21/919589